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Día 15 - Ruinas Gloriosas

Nov 22 2021

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“«Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada —dice el Señor—. »Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas. »No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez. Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el Señor Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! El Señor te llamará como a esposa abandonada; como a mujer angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan solo para ser rechazada —dice tu Dios—. Te abandoné por un instante, pero con profunda compasión volveré a unirme contigo. Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti; pero con amor eterno te tendré compasión —dice el Señor, tu Redentor—. »Para mí es como en los días de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra. Así he jurado no enojarme más contigo, ni volver a reprenderte. Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el Señor, que de ti se compadece—. »¡Mira tú, ciudad afligida, atormentada y sin consuelo ¡Te afirmaré con turquesas, y te cimentaré con zafiros!. Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus puertas, y con piedras preciosas todos tus muros. El Señor mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar. Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión, y nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, y no se te acercará. Si alguien te ataca, no será de mi parte; cualquiera que te ataque caerá ante ti. »Mira, yo he creado al herrero que aviva las brasas del fuego y forja armas para sus propios fines. Yo también he creado al destructor para que haga estragos. No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede —afirma el Señor—.”
Isaías 54 (NVI)

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón. Me dejaré encontrar —afirma el Señor—, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma el Señor.”
Jeremías 29:11-14 (NVI)

Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”
Filipenses 1:6 (NVI)

 

Las ruinas hablan de la gloria pasada, de algo que alguna vez fue pero que ya no más, esos fueron mejores días, días de gloria. Las ruinas representan fracaso, imágenes de batallas pasadas, devastación, restos rotos, abandono.

En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios se presentaba a sí mismo en un templo hecho de piedra. Cuando ese templo estuvo en ruinas, envió a Esdras y a su pueblo a reconstruirlo. Hoy, Dios vive en los corazones de los hombres y mujeres cuando reciben a Jesús. Lo que es hecho por el hombre puede terminar en ruinas, pero lo que hace Dios es eterno.

Personalmente, todo nuestro potencial a través de fracasos y errores puede terminar en ruinas tal como ese templo. Tal vez en este momento estás en ruina financiera. Tal vez estás al borde de una reputación en ruina o de una relación que está en ruinas. ¿Hay algún sueño que hayas abandonado porque está en ruinas? ¡Porque Jesús vuelve a la vida esas ruinas!

Para mí es asombroso que Dios nunca deja en ruinas lo que a él pertenece. Él es un Dios de vida, de restauración y está para siempre edificando nuestras vidas. Es un proceso en el que Dios nos libera de la esclavitud y repara nuestro desastre. Él nos revive por su Espíritu Santo y línea por línea de acuerdo a su palabra, reconstruye nuestras vidas de manera implacable. Fuimos creados para vivir en gloria, y a través de Cristo seremos regresados a esa gloria.

Isaías 61 declara este hermoso intercambio:

Dales rosas en lugar de cenizas, mensajes de alegría en lugar de noticias de muerte, un corazón que alaba en lugar de un espíritu lánguido. Renómbralos “Robles de Justicia” plantados por Dios para mostrar su gloria. Ellos reconstruirán las viejas ruinas, edificarán una ciudad nueva de los escombros.

Ellos comenzarán de nuevo en las ciudades en ruina, tomarán los escombros dejados atrás y los harán nuevos.

¡No te permitas sentarte entre ruinas! Levántate en espíritu y estatura. Sabiendo que él te ha llamado, ‘sepárate para su gloria’. Toma valentía en estos versículos hoy, sabiendo que no importa las circunstancias en las que te encuentres, lo que está delante de ti son planes gloriosos con propósito.

 

? Oración:
Señor, te entrego todos mis sueños que hoy están en ruinas. Te entrego mi vida para que puedas reedificarla en gloria, porque sé que sólo tú puedes hacerlo. Te pido que me ayudes a caminar en el gozo que prometiste, a que pueda ver tu mano de amor y de poder sobre todo lo que hoy no está de pie. Creo en tus promesas y en tu naturaleza de amor. Gracias porque sé que te veré. Amén.