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Día 2 - Rescatados por un precio

Nov 9 2021

Ci spiace, ma questo articolo è disponibile soltanto in Inglese Americano, Spagnolo Europeo e Catalano.

“Pues éramos esclavos pero, en su amor inagotable, nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud. Por el contrario, hizo que los reyes de Persia nos trataran favorablemente. Él nos dio nuevas fuerzas, para que pudiéramos reconstruir el templo de nuestro Dios y reparar las ruinas. Nos dio una muralla de protección en Judá y en Jerusalén.”
Esdras 9:9 (NTV)

 

Mucha gente que ya ha atravesado la puerta de libertad en Cristo sigue siendo esclava de algo o de alguien.

Jesús abrió la puerta para nosotros. Ya no somos esclavos del pecado ni estamos cautivos desde que Jesús se convirtió en el Señor de nuestra vida. En Cristo, somos liberados de la prisión de la vida ‘según las circunstancias’ y podemos vivir por encima de ellas.

La palabra ‘liberar’ implica momentum y acción. Lleva la idea de liberación, amplitud, generosidad, perdón, misericordia y gracia. Liberar se trata de emancipación, libertad de lo que sea que nos haya restringido. Cuando pienso en liberar, veo las puertas de la cárcel que se abren de par en par con personas llenas de alegría corriendo a un campo abierto.

Jesús liberó a los cautivos y, de hecho, él es el máximo defensor de liberar a las personas. Un hombre inocente fue a la cruz y un criminal culpable fue puesto en libertad. Jesús pagó el precio por nuestros pecados y culpa, para que podamos vivir plenos y libres.

Como Esdras lo declaró, “Para darnos un lugar en su Santo Lugar, que nuestro Dios pueda alumbrar nuestros ojos y darnos una medida de avivamiento en nuestra esclavitud. Porque éramos esclavos. Sin embargo, nuestro Dios no nos olvidó en nuestra esclavitud.”

Es tiempo de liberarse de las ataduras en circunstancias, relaciones, finanzas, adicciones o salud. Es momento de libertad hacia una vida de superación. No te conformes con la derrota, porque Jesús vino a sanar al quebrantado, a liberarnos de todo lo que nos pesa.

Dios no te ha abandonado. Él no te ha olvidado ni se ha dado por vencido contigo. Haz lo que tengas que hacer para caminar en la libertad que Jesús ganó para ti. Sé lo suficientemente humilde para pedir ayuda si la necesitas y agárrate fuerte del regalo de libertad que Dios te ha dado.

 

? Oración:
Gracias, Jesús, por haber pagado el precio más alto para comprar mi libertad. Gracias porque ya no soy esclavo del temor, ni de las circunstancias que me rodean. Te pido que me ayudes a caminar confiado en esa libertad que tú nos brindas. Amén.