“Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: El gran amor del SEÑOR nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El SEÑOR es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!”
Lamentaciones 3:21-24 (NVI)
“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.”
Jeremías 29:11 (NVI)
“Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.”
2 Corintios 10:5 (NVI)
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
Filipenses 4:8 (NVI)
¿Recuerdas los exámenes en la escuela? Cuando el profesor evaluaba un examen, señalaba lo que estaba bien y lo que estaba mal. De este modo, podíamos trabajar de forma intencional para corregir cada uno de nuestros errores y seguir mejorando nuestro promedio.
Con nuestros pensamientos podemos hacer lo mismo. ¿Te has detenido a examinar en qué has estado pensando últimamente? De 0 a 10, ¿cómo evaluarías la calidad de esos pensamientos?
A menos que seamos intencionales, nuestra mente puede tomar rumbos que jamás desearíamos. La Biblia nos enseña que debemos recordar eso que nos da esperanza, enfocar nuestros pensamientos en aquello que es verdadero, noble, correcto, puro y amable.
Tal vez, en medio de los apuros y desafíos de cada día, has dejado de cuidar bien tu mente y has dado lugar a pensamientos negativos sobre tu pasado, tu futuro y tu realidad actual. Son estos momentos en los que nuestros pensamientos necesitan ser restaurados y volver a su buen estado original deseado por Dios.
Él tiene planes para hacerte prosperar, para darte esperanza y un futuro. No dejes que tus pensamientos vaguen por el valle de la desesperación. Más bien, llévalos a los verdes pastos de la presencia de Dios. Comienza a declarar su amor, su bondad y su gracia sobre tu propia vida. ¡La calidad de tus pensamientos pasará de 0 a 10 cuando declares intencionalmente la palabra de Dios sobre ti!
? Oración:
Padre, gracias por el hermoso plan que has trazado para mí. Restaura mis pensamientos para que se alineen con tu palabra. Creo que lo mejor está por venir y te doy las gracias por ayudarme a crecer en cada estación. Amén.