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Día 13 - La semilla produce generosidad

Desculpe, este conteúdo só está disponível em Espanhol Europeu.

“Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros. Como dicen las Escrituras: «Comparten con libertad y dan con generosidad a los pobres. Sus buenas acciones serán recordadas para siempre». Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para comer. De la misma manera, él proveerá y aumentará los recursos de ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes. Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para que siempre puedan ser generosos; y cuando llevemos sus ofrendas a los que las necesitan, ellos darán gracias a Dios”.

2 Corintios 9:8-11 NTV

“Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”.

2 Corintios 9:6-7, NVI

El principio de la siembra y la cosecha es un referente en cualquier área de nuestra vida. Si siembras amor, cosecharás amor. Si siembras mentira, cosecharás mentira. Si siembras con generosidad, cosecharás con generosidad, y la generosidad no siempre está relacionada con lo material o el dinero.

La generosidad también se relaciona con el tiempo: al amar sin esperar nada a cambio y al perseverar en el aprendizaje de que la generosidad se ejercita. ¡Y cuanto más generoso eres, más generoso quieres ser! Ese es un principio bíblico: “hay más bendición en dar que en recibir”, como dijo Jesús camino a entregar su vida por todos nosotros.

La única manera en que podemos adoptar esta identidad es cuando nos mantenemos enfocados, con nuestra mirada puesta en Jesús.

Suena ilógico dar cuando estás en necesidad para así poder recibir más a cambio. ¡Pero es de esta manera que empezamos a vivir nuestra vida de fe continua! Dios dice que la forma de obtener es dando, no guardando.

¡Nuestro Padre celestial es un dador y el ama al que da con alegría!

Por eso creo con todo mi corazón que la semilla que Dios depositó en nosotros es de generosidad. Esa semilla nos llena de alegría no por la cantidad, sino por el corazón. La cosecha de nuestra semilla, al unirnos como iglesia para Corazón por la Casa, será de abundancia sobrenatural para seguir edificando la iglesia de Jesús a nivel local y continental como nunca antes.

Oración: Padre, te doy gracias porque tú eres nuestro dador sin igual. Eres nuestro ejemplo de generosidad, y hoy oro para que podamos adoptar tu naturaleza y adueñarnos de ella para seguir viviendo vidas generosas en lo espiritual, en el amor por ti Jesús, y por todos los que nos rodean. Gracias por usar nuestra semilla de generosidad para tu gloria y por poder edificar tu preciosa Iglesia para que una cosecha de almas pueda venir a tu presencia y tener un encuentro personal contigo. En el nombre de Jesús, amén.