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“La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias”.

Proverbios 18:21 NTV

“​​Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”.

Salmo 23:6 RVR1960

“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”.

Jeremías 29:11 NTV

Muchas veces escuchamos sobre el poder de las palabras… pero es posible que no siempre le demos la importancia que merecen. En Proverbios, la Biblia nos enseña que en nuestra lengua está el poder de vida o de muerte (Proverbios 18:21). Esto significa que lo que hablamos realmente tiene poder.

Ahora bien, si pensamos en la palabra como algo tan poderoso, qué bueno y qué importante es para nosotros saber que nuestro Creador continuamente está depositando palabras en nosotros; palabras de vida, palabras de propósito, palabras que nos llenan de futuro y esperanza. A la hora de enfrentar la vida, con las diferentes situaciones que vivimos y tendremos por delante, nunca debemos olvidar lo que él ya habló y sembró en nuestros corazones. Es en medio de esas cosas, que las palabras que él sembró en nosotros tienen que comenzar a dar frutos en nuestras vidas, en nuestra fe.

Su palabra dentro nuestro nos promete que el bien y la misericordia nos seguirán todos los días de nuestras vidas (Salmos 23:6). Tenemos su palabra que llena nuestro futuro de esperanza (Jeremías 29:11)

Una temporada difícil es una increíble oportunidad para que su palabra produzca frutos como nunca antes. ¿Qué tienes que empezar a declarar hoy, en medio de lo que estás viviendo? O mejor dicho, ¿Qué estuviste declarando hasta ahora?

Esta temporada es una hermosa oportunidad para dejar crecer dentro nuestro, sus palabras y no lo que nuestra perspectiva natural nos lleva a ver. Al final del día, somos sus hijos, fuimos y somos perdonados, salvos y llenos de propósito, eso es lo que su palabra nos dice.

Oración: Señor, te pido que cada uno de nosotros podamos vivir conforme a las palabras que ya sembraste en nosotros, incluso en medio de una realidad diferente. Que de nuestra boca salgan tus palabras para nosotros, que podamos hablar siempre esa vida que solo tú puedes darnos, en cualquier situación que nos encontremos y hacia cualquier persona en nuestro entorno. En el nombre de Jesús, amén.