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“En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos. Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad. Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad. Pues,
Hay un Dios y un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús. Él dio su vida para comprarles la libertad a todos.
Este es el mensaje que Dios le dio al mundo justo en el momento preciso”.

1 Timoteo 2:1-6 NTV

“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”.

Salmo 37:4 NTV

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.

Isaías 6:8 RVR1960

Corazón por la Casa es una época tan especial en la vida de nuestra iglesia. Es un momento cada año donde nos enfocamos y nos llenamos de fe y de expectativa por el futuro que Dios tiene para nosotros como iglesia. Bienvenidos a este devocional que compartiremos juntos durante 21 días. ¡Gracias por sumarte! Confío que será de bendición para tu vida.

Dios tiene deseos. ¿Alguna vez pensaste en esto? Muchas veces leemos pasajes como el Salmo 37:4 y nos encanta pensar en que Dios va a cumplir los deseos de nuestro corazón. Pero, ¿alguna vez consideraste los deseos del corazón de Dios? ¿Conocemos lo que el corazón de Dios anhela? El pasaje de 1 Timoteo de hoy nos revela un poco del corazón de Dios. Él quiere que todos se salven y conozcan la verdad. Él anhela traer libertad a toda la humanidad. El evangelio es para todos. Dios quiere que todos conozcan la salvación.

Como iglesia, tenemos que enfocarnos en lo que Dios ama: las personas. Y no solo las personas que son parte de la comunidad de fe, sino las que todavía no lo conocen. Nuestra visión como iglesia tiene que basarse en el deseo de Dios: que todos sean salvos. El evangelio nos obliga a salir de nuestra zona de confort y llevar el mensaje a todo el mundo.

Dios tiene un deseo, una visión, un corazón por el mundo, y él está buscando personas que quieran trabajar con él. Personas que digan como Isaías: “Heme aquí Señor, envíame a mí”. Gente que de manera constante levante la mano y diga: “Señor, yo quiero ser parte de tu plan para la humanidad”. ¿Eres una de esas personas que quiere ser parte de lo que Dios está haciendo en esta generación? ¿Dejarás que Dios siembre su visión en ti?

Ya sea a través de pies que van, rodillas que oran, o manos que dan, yo voy a ser parte de lo que Dios desea: salvar al mundo.

Oración: Señor, gracias por sembrar tu visión en mí. Gracias por permitirme conocer tu corazón y tus deseos. Quiero ser parte de tu plan para salvar a la humanidad. Ayúdame a enfocarme en amar a las personas como tú las amas y tomar acción para que te conozcan. Amén.