CLOSE
FIND A HILLSONG CHURCH NEAR YOU
GO
It looks like location services are turned off. Enable location services in your settings to use your current location, or type your address in the search bar.
Back to search
List view
Map
NEW VENUE
Gathering Online
Service Times and Information
Free Parking
Close To Public Transport
Wheelchair Accessible
Parents Room
VISIT CAMPUS WEBSITE

Día 17 - Nosotros sembramos en los perdidos:

Ci spiace, ma questo articolo è disponibile soltanto in Inglese Americano e Spagnolo Europeo. Per ragioni di convenienza del visitatore, il contenuto è mostrato sotto nella lingua principale di questo sito. Puoi cliccare su uno dei links per cambiare la lingua del sito in un’altra lingua disponibile.



“Al día siguiente, Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos.Al pasar Jesús, Juan lo miró y declaró: «¡Miren! ¡Ahí está el Cordero de Dios!». Cuando los dos discípulos de Juan lo oyeron, siguieron a Jesús.
Jesús miró a su alrededor y vio que ellos lo seguían. —¿Qué quieren?—les preguntó.
Ellos contestaron: —Rabí (que significa “Maestro”), ¿dónde te hospedas?
—Vengan y vean—les dijo.
Eran como las cuatro de la tarde cuando lo acompañaron al lugar donde se hospedaba, y se quedaron el resto del día con él. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de estos hombres que, al oír lo que Juan dijo, siguieron a Jesús. Andrés fue a buscar a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías» (que significa «Cristo»). Luego Andrés llevó a Simón, para que conociera a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: «Tu nombre es Simón hijo de Juan, pero te llamarás Cefas» (que significa «Pedro»)”.

Juan 1:35-42 NTV

“Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!»”.

2 Corintios 5:20 NTV

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Juan 3:16 NTV

¿Alguna vez te pasó que recibiste una noticia que era tan pero tan buena que no podías quedártela solo para ti? A mi y a mi esposa nos pasó por ejemplo, cuando nos enteramos que estábamos esperando nuestro primer hijo, y de igual manera con la segunda. Queríamos salir corriendo a contarles esta noticia increíble a todas las personas que conocíamos.

En Juan 1:35-42 hay una historia que me fascina acerca de los primeros discípulos cuando comenzaron a seguir a Jesús. Al escuchar a Jesús hablar, uno de ellos, Andres, salió corriendo a contarle a su hermano la increíble noticia que tenía: ¡había conocido al Mesías! Automáticamente su hermano, que era Simón Pedro, dejó todo y también fue a encontrarse con Jesús. Yo siempre imagino la desesperación que tenía Andrés por contarle a su hermano que finalmente habían conocido al que había sido prometido tanto tiempo antes.

¿Qué pasaría si empezáramos a darnos cuenta realmente de la importancia de lo que cargamos con nosotros? ¿Si empezáramos a ver el mensaje que hay dentro nuestro y que es capaz de transformar el mundo en el que vivimos?

Desde el momento que le dijimos que sí a Dios, tú y yo somos parte del plan de Dios para la salvación del mundo. La Biblia nos enseña en 2 Corintios 5:20, que somos los representantes, los embajadores de Cristo, y que él hace su llamado a todos los demás a través nuestro. Jesús nos dejó una tarea a cada uno: ir por todo el mundo (nuestro mundo) y predicar la buena noticia a todos.

Muchas veces pensamos que no estamos calificados o que no somos las personas correctas, pero es hermoso saber que el que nos creó y nos conoce mejor que nadie, nos elige y nos llama sus embajadores. En otras palabras, somos los que representamos el reino de Dios en la tierra. Tus errores no asustan a Dios… mucho menos tus fallas. Entonces no deberían ser un impedimento para que podamos sembrar un mensaje de amor, gozo, esperanza, paz, propósito y salvación.

La respuesta de Dios para tu familia, para tu entorno laboral o cualquier ambiente donde te desenvuelvas, no es ni más ni menos que tú mismo – no hay nadie más, tú eres la persona correcta. Y al igual que Andrés con esa noticia que sacudió el mundo, es mi deseo que nosotros podamos tomar esa misma postura y salir corriendo al mundo para contarle que hay esperanza, que no todo está perdido, que hay alguien que los ama y dio su vida para que ellos puedan ganarla (Juan 3:16).

Oración: Dios, te pedimos que puedas poner tu mano sobre nosotros y darnos la valentía para incluso con lo que pensamos que nos limita, salir a un mundo en necesidad y sembrar palabras que van a traer vida en abundancia, que van a traer perdón y salvación. Amén