El prudente y el insensato
»Por tanto, todo el que oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina».
Mateo 7:24-27 (NVI)
“Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; los rebeldes habitarán en el desierto.”
Salmos 68:6 (NVI)
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Proverbios 22:6 (RVR)
La familia es uno de los regalos más grandes que Dios nos ha dado, y vale la pena luchar por ella. Si estás atravesando un momento de reconstrucción familiar, puede que sea porque algo se ha roto y es necesario un cambio de dirección. Pero gracias al amor de Dios, hay esperanza y todavía estás a tiempo de ser restaurado.
Puede que tu familia sea muy numerosa, esté conformada por dos personas, o puede que tu única familia se llame iglesia. Sea cual sea tu situación, pedir ayuda a Dios en estos momentos es importante para que junto a él la reconstrucción sea posible. La mejor forma de rescatar, restaurar y reconstruir tu familia es de la mano de Dios.
La Biblia nos enseña a construir sobre la roca, y no sobre la arena. Jesús es esa roca y nos ayudará, no sólo a reconstruir nuestras familias, sino a mantenernos firmes, aún en las tormentas más fuertes. Esto quiere decir que, sin importar la temporada o la dificultad que estés viviendo junto a tu familia, si tu casa está edificada en Jesús, podrá permanecer firme.
Pero reconstruir requerirá esfuerzo y cuidado constante. Ocupémonos de nuestra familia, pidamos perdón y perdonemos, dejemos atrás lo que solo causa daño, volvamos a intentar y sigamos avanzando, aun cuando nos equivoquemos. Elige a Dios y a sus promesas por encima de todo, todos los días. No te quedes sentado esperando que Dios haga el trabajo, y tampoco asumas que puedes hacerlo solo. Toma la decisión de incluirlo, y permite que él ponga su mano en cada paso que des, en cada decisión que tomes. No hay nada mejor que reconstruir en equipo y confiar en aquel que realmente sabe lo que es mejor para nosotros. Toma la decisión de edificar sobre la roca.
? Oración:
Señor, te doy gracias por mi familia. Te pido que la bendigas, que me ayudes a verla con tus ojos y a seguir edificándola día a día de tu mano y con sabiduría. Guarda la mente, el corazón y los pasos de cada miembro de mi familia. Amén.