“Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores”.
Romanos 5:7-8 NTV
“Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?”
Romanos 8:32 NTV
“Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados”.
1 Juan 4:9-10 NTV
“Nos amamos unos a otros, porque él nos amó primero”.
1 Juan 4:19 NTV
¡Me encanta recibir regalos! ¿A quién no le gusta, verdad? De niño, cuando llegaba la Navidad, recuerdo escuchar a mis padres y seres queridos haciendo algunas preguntas sobre mí: ¿Merece recibir este regalo? ¿Cómo se ha comportado este año? ¿Tuvo buenas notas en la escuela? Mi expectativa era que sí, pero sin duda, esto me hacía sentir inseguro. ¿Será que hice lo suficiente?
Gracias a Dios es diferente con él. Jesús es el mayor regalo que se nos ha dado, y no lo recibimos por méritos. Dios envió a Jesús a morir por nosotros, cuando aún éramos pecadores. Este es el amor verdadero. A través de este amor, tú y yo podemos caminar con confianza y seguridad, porque Aquel que no escatimó ni a su propio hijo, seguirá dándonos su amor cada día.
Hoy, ¿estás confiado y seguro en el amor de Dios por ti? ¿En su decisión de seguir amándote, aunque seas imperfecto? Estamos llamados a aceptar este amor cada día, porque solo en él somos capaces de amar a las personas que nos rodean.
El mundo está sediento de un amor incondicional que no quiere nada a cambio y nosotros hemos sido llamados a sembrar este amor que primero recibimos de Dios.
Oración: Padre, gracias por amarnos tanto y darnos a tu único Hijo. Que este amor llene nuestros corazones para que podamos amarte a ti y a nuestro prójimo. Amén.