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Día 1: Unidos Permanecemos

Dec 30 2021

Desculpe-nos, mas este texto está apenas disponível em Inglês Americano y Espanhol Europeu. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in this site default language. You may click one of the links to switch the site language to another available language.

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengáis vida, y la tengáis en abundancia. – Juan 10:10 (NVI)

Jesús les dijo estas palabras a los fariseos después de que echaran fuera de la sinagoga a un ciego que había recobrado la vista. Cuando más tarde Jesús encontró al hombre, se reveló a sí mismo como el Hijo de Dios, y el hombre creyó y lo adoró.

Aquí tenemos una imagen de cómo el enemigo trata de robar la vida abundante y la bendición que Jesús trae a quienes lo reciben. Jesús deja totalmente clara la intención del enemigo: robar, matar y destruir.

Hay muchas cosas que el diablo quiere robar, matar y destruir para así poder sabotear tu potencial y bendición. Sin embargo, cuando eres consciente de sus intenciones y maneras de actuar, puedes interrumpir sus intentos de saquear tu vida.

Lo primero que Satanás quiere robar es nuestra unidad. ¿Por qué?

Porque si logra robar la unidad, consigue matar el ‘momentum’ y destruir la bendición.

¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! Donde se da esta unidad, el Señor concede bendición y vida eterna. – Salmos 133:1,3 (NVI)

La Biblia establece esta conexión sin ninguna duda: Donde hay unidad, Dios manda bendición, así que aquellos que buscan que la unidad sea su forma de vivir, ¡son bendecidos! Una iglesia unida es una iglesia bendecida. Y, durante más de treinta años, uno de los mayores regalos que hemos tenido como iglesia ha sido nuestra inquebrantable unidad. Toda atmósfera de unidad se caracteriza por estar llena de amor, perdón y generosidad, pero la desunión es tóxica, trae confusión y divide. Donde hay unidad, encuentras ‘momentum’ y bendición, pero donde no hay unidad, no encuentras nada.

Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! – Eclesiastés 4:9-12 (NVI)

Comprometámonos a vivir en divina unidad y tomemos la decisión diaria de caminar en amor, perdón y generosidad. Proteger nuestra unidad nos guarda contra las estrategias del enemigo y nos asegura una vida de paz, bendición y longevidad.

El primer paso en el camino hacia la victoria es reconocer al enemigo. – Corrie Ten Boom