Día 3: La Causa del Cambio
He vivido muchas complicaciones y desánimos en mi vida, pero mi sentido de propósito y causa me han capacitado para continuar levantándome y seguir hacia delante. Una de las claves del éxito de David fue su pasión por la causa y su mirada en la recompensa.
“Y se encendió la ira de Eliab contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido hasta aquí? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver la batalla. Pero David le respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No hay una causa? ¿No fue sólo una pregunta?” (1 Sam 17:28-29 LBLA)
Nuestras vidas son tan poderosas como lo es la causa a la que están ligadas. Si tú tienes una visión para tu vida que está ligada a una causa, especialmente a la causa del Rey Jesús, ésta será tu motivación para cambiar.
La recompensa del cambio es la bendición de Dios. Tu vida mejorará, y te sentirás pleno y completo. El cambio que Dios trae alinea tu vida con Su Voluntad, y cuando esto sucede, empiezas a ver el fruto en cada área de tu vida. La clave es tomar buenas decisiones, cada día. Esto trae un cambio positivo a tu vida a la vez que te acerca continuamente más a Jesús y te transforma más a Su imagen.
Cuando Jesús desafió al gobernante rico y joven para que cambiara (Marcos 10:17-22), éste se marchó triste y sin cambiar.
¿Tienes a alguien en tu vida que te ama lo suficiente como para mirarte a los ojos y decirte lo que necesitas escuchar? Estate dispuesto a aceptar el cambio cuando llegue la oportunidad en vez de poner excusas que te mantendrán donde ya estás. El cambio empieza con la decisión de cambiar.
Marcos 10:17-22 (RV95)
Proverbios 13:20 (RV95)