Dios no te ha abandonado. Él no te ha olvidado ni se ha dado por vencido contigo.

Él nos llamó con el propósito de que su voluntad se haga en el mundo a través de nosotros.

Estamos expectantes por ver milagros y sorpresas que apunten a la gloria y poder de Dios.

¿Cómo está tu alma en medio de las incertidumbres de la vida? En tiempos difíciles, muchas personas sufren trastornos emocionales o se sienten impotentes ante sus circunstancias. Esto puede causar inestabilidad y una sacudida en los cimientos de su vida. En un mundo de malas noticias, ¡todo el mundo necesita buenas noticias! La palabra ‘Evangelio’ significa buenas noticias. Hebreos 6:19 nos recuerda que hay dos cosas inmutables, que son un ancla para nuestra alma: el nombre de Jesús y su promesa. Y nosotros tenemos acceso a ambas por el evangelio. ‘A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».’ - Romanos 1:16-17 (NVI) La clave para vivir según el Evangelio es aceptarlo por fe, "por fe de principio a fin". ¿Qué es el evangelio? Es fe en que Jesús puede perdonar tus pecados y limpiarte de tu maldad; puede hacerte justo y justificarte, como si nunca hubieras pecado. Ser justificado es ser hecho justo, estar bien, ante Dios. Tu justicia te es dada a través de Cristo y Su evangelio, no a través de tus buenas obras. Jesús dijo: ‘Todo aquel que crea en mí será salvo’ (Juan 11:25, parafraseado). A través de Su muerte y resurrección, todo el que cree es hecho justo y bienvenido a la familia de Dios. El poder del evangelio que transforma vidas es para "los que creen”. Ser libre de la ley del pecado y la muerte no significa que ya no peques, sino que eres libre del control del pecado gracias al poder del Espíritu Santo. El evangelio es el que tiene poder para liberarte, transformar tu vida y hacerte una nueva persona. Desde el primer versículo de Romanos, ¡Pablo deja muy claro su pasión y prioridad! Pablo estaba orgulloso de proclamar el extraordinario Mensaje del poderoso plan de Dios para rescatar a todos los que confían en Él. Solo hay un evangelio verdadero: el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. ¿Qué te está influenciando? ¿Dónde has puesto tu confianza? ¿Permites que tus opiniones o las opiniones de los demás comprometan el evangelio en tu vida? Como hijo de Dios, eres linaje real; eres parte de un sacerdocio real y todo lo que el evangelio promete es tuyo. A pesar de la presión que intenta comprometer esta verdad, cuando tu vida está centrada en el evangelio, puedes estar seguro de que esta verdad se revelará en tu vida y a través de tus palabras. Cuando comprendas y aceptes todo lo que está dentro de la plenitud del Evangelio de Jesucristo, tu alma estará bien.

¿Cómo está tu alma en medio de las incertidumbres de la vida? En tiempos difíciles, muchas personas sufren trastornos emocionales o se sienten impotentes ante sus circunstancias. Esto puede causar inestabilidad y una sacudida en los cimientos de su vida. En un mundo de malas noticias, ¡todo el mundo necesita buenas noticias! La palabra ‘Evangelio’ significa buenas noticias. Hebreos 6:19 nos recuerda que hay dos cosas inmutables, que son un ancla para nuestra alma: el nombre de Jesús y su promesa. Y nosotros tenemos acceso a ambas por el evangelio. ‘A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».’ - Romanos 1:16-17 (NVI) La clave para vivir según el Evangelio es aceptarlo por fe, "por fe de principio a fin". ¿Qué es el evangelio? Es fe en que Jesús puede perdonar tus pecados y limpiarte de tu maldad; puede hacerte justo y justificarte, como si nunca hubieras pecado. Ser justificado es ser hecho justo, estar bien, ante Dios. Tu justicia te es dada a través de Cristo y Su evangelio, no a través de tus buenas obras. Jesús dijo: ‘Todo aquel que crea en mí será salvo’ (Juan 11:25, parafraseado). A través de Su muerte y resurrección, todo el que cree es hecho justo y bienvenido a la familia de Dios. El poder del evangelio que transforma vidas es para "los que creen”. Ser libre de la ley del pecado y la muerte no significa que ya no peques, sino que eres libre del control del pecado gracias al poder del Espíritu Santo. El evangelio es el que tiene poder para liberarte, transformar tu vida y hacerte una nueva persona. Desde el primer versículo de Romanos, ¡Pablo deja muy claro su pasión y prioridad! Pablo estaba orgulloso de proclamar el extraordinario Mensaje del poderoso plan de Dios para rescatar a todos los que confían en Él. Solo hay un evangelio verdadero: el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. ¿Qué te está influenciando? ¿Dónde has puesto tu confianza? ¿Permites que tus opiniones o las opiniones de los demás comprometan el evangelio en tu vida? Como hijo de Dios, eres linaje real; eres parte de un sacerdocio real y todo lo que el evangelio promete es tuyo. A pesar de la presión que intenta comprometer esta verdad, cuando tu vida está centrada en el evangelio, puedes estar seguro de que esta verdad se revelará en tu vida y a través de tus palabras. Cuando comprendas y aceptes todo lo que está dentro de la plenitud del Evangelio de Jesucristo, tu alma estará bien.

La conexión inherente entre tu espíritu, alma y cuerpo conlleva que lo que le afecta a uno, afecta al otro, tanto positiva como negativamente. Tener un alma que está en paz empieza por atender los asuntos espirituales. La Palabra de Dios es parte integral del bienestar de tu alma. Hebreos 4:12 (NTV) dice: ‘Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.’ Este poderoso versículo revela 5 características clave de la Palabra de Dios: La Palabra de Dios está VIVA. A menudo se hace referencia a la Biblia como la Palabra viva. En la parábola del sembrador, Jesús comparó la Palabra de Dios con una semilla (ver Lucas 8). Cuando recibes la Palabra de Dios, es como una semilla. Al principio, no parece tener vida, pero una vez que se siembra en buena tierra, tiene el potencial de producir grandes cosas en tu vida. Plantada en la tierra fértil de tu corazón, la Palabra de Dios reproducirá la naturaleza de Cristo en ti. La Palabra de Dios es PODEROSA. Así como un gran árbol comienza con una semilla en la tierra, la Palabra de Dios en ti tiene poder creativo y transformador. A medida que te alimentes de ella, comenzará a transformarte de adentro hacia afuera. La Palabra de Dios es MÁS AFILADA QUE CUALQUIER ESPADA DE DOBLE FILO. Cualquier cosa que te afecte físicamente también te afectará emocional y espiritualmente. Por ejemplo, las enfermedades o circunstancias difíciles tienen un impacto en cómo te sientes, y las emociones negativas provocan respuestas físicas negativas en tu cuerpo; así como las emociones positivas lo hacen de una manera positiva (Pr. 17:22). La Palabra de Dios puede discernir entre tu alma y tu espíritu. Proverbios 3 dice: 'Escucha la voz de Dios en todo lo que hagas. Él es quien te mantendrá en el camino correcto’ (MSG traducción al español). La Palabra de Dios DIVIDE EL ALMA DEL ESPÍRITU. Puede ser difícil conocer los verdaderos motivos de tu corazón. David lo sabía cuando clamó: 'Examíname, Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por el mal camino’ (Salmos 139:23-24 NVI). La Palabra de Dios puede penetrar con la precisión de un cirujano entre tu alma y tu espíritu. Tiene la capacidad de ver toda tu vida y exponer la verdad para desvelar a Cristo en ti como nada más puede hacerlo. La Palabra de Dios EXPONE NUESTROS PENSAMIENTOS MÁS ÍNTIMOS E INTENCIONES DEL CORAZÓN. El conocimiento y la comprensión de uno mismo pueden implicar enfrentamientos dolorosos con tus debilidades. Pero obtener conocimiento de ti mismo de tal manera que alinea tu vida con Dios y la imagen de Cristo en ti, te brinda verdadera libertad y paz interior. Jeremías dijo que el corazón humano es engañoso “sobre todas las cosas”, más allá de nuestro entendimiento. Necesitamos la Palabra de Dios y Su ayuda para descubrir las cosas ocultas que desconocemos; cosas que amenazan con limitar o sabotear nuestras vidas. Recuerda: Conocer la verdad es lo que te hace libre. Haz tuya la oración de David: ‘Sin esta luz de revelación, ¿cómo podría detectar el descarrío de mi corazón? Señor, perdona mis defectos ocultos siempre que los encuentres. Sigue limpiándome, Dios, y guárdame de mis pecados secretos y egoístas; ¡qué nunca me gobiernen! Porque sólo entonces estaré libre de culpa y seguiré siendo inocente de rebelión. Que las palabras de mi boca, mis pensamientos de meditación y cada movimiento de mi corazón sean siempre puros y agradables, aceptables ante tus ojos, mi único Redentor, mi Dios Protector.’ Salmos 19:12-14 (TPT traducción al español)

¿Qué significa “vivir desde tu espíritu”? Ayer vimos que somos seres formados por tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Con nuestro cuerpo y nuestra alma (mente, voluntad y emociones) podemos alabar y clamar a Dios, pero es a través de nuestro espíritu que podemos tener comunión con Él y recibir de Él. Piensa en eso por un momento. Cuando tú te comunicas con Dios a través de tu espíritu, puedes oírle; de hecho, ¡esta es la razón por la cual existes! Es a través de tu espíritu que puedes percibir lo que está sucediendo espiritualmente hablando. Y, ¡si alguna vez ha sido importante saber lo que está sucediendo en el espíritu es ahora! Como cristianos, es vital vivir con un espíritu abierto a Dios. Recibimos de Dios a través del espíritu, que es la razón por la cual tu espíritu es tan importante para él. Juan 3:6 dice: ‘Aquello nacido de la carne es carne, y aquello nacido del [Santo] Espíritu es espíritu [tu espíritu]’. El Espíritu Santo reside en tu espíritu. Vivir desde tu espíritu pone freno al caos que surge al vivir en el reino del alma. La mayor parte del contenido de tu alma son actitudes aprendidas por las experiencias que tuviste al crecer. Si la actitud negativa y el sistema de valores no son corregidos y alineados con la palabra de Dios, dominarán tus pensamientos y sabotearán tu vida. Si eres controlado por tu alma, serás gobernado por lo que otros piensan y dicen. Pero cuando vives con tu espíritu conectado al de Dios, puedes liberarte del control ejercido por lo que otros piensan sobre ti. Al fin y al cabo, tu vida espiritual es guiada por el Espíritu de Dios en tu espíritu. Dios te hablará a ti de manera única y personal. No usará la misma manera que usa para comunicarse contigo que con los demás. ‘Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.’ Salmos 139:1-4 (RVR1960, énfasis añadido) Puedes confiarle a Dios tu vida. Él te conoce por dentro y por fuera como nadie más. Cuando le abres tu espíritu, Él te guiará y te revelará el futuro. Te instruirá sobre las decisiones correctas a tomar en tu vida desde la más pequeña a las más grande, guiándote en un camino de paz y plenitud; una vida que brillará para Su gloria. ‘Es lógico, ¿no? Si el Dios vivo y presente que resucitó a Jesús de entre los muertos entra en tu vida, hará en ti lo mismo que hizo en Jesús, dándote vida para Él. Cuando Dios vive y sopla aliento de vida en ti (y lo hace, así como lo hizo en Jesús), eres liberado de esa vida muerta. Con su Espíritu viviendo en ti, ¡tu cuerpo estará tan vivo como el de Cristo!’ Romanos 8:10-11 (MSG traducción al español).

¡Eres extremadamente complicado! Antes de que te ofendas, déjame explicarme… Dios te creó para ser único, con una combinación de talentos única, sentimientos, pensamientos, actitudes, circunstancias… y la lista sigue y sigue. No eres como las demás personas. Quizá tengas intereses o habilidades similares a otros, pero tú tienes tu propia historia. Y siendo esto cierto, como seres humanos, Dios nos ha creado a todos por igual; todos fuimos intrínsecamente hechos. Génesis 2:7 dice: ‘Dios creó al Hombre del barro de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida. El Hombre cobró vida – ¡un alma viviente!’ (MSG traducción al español). Nuestros cuerpos físicos fueron formados del barro y nos convertimos en almas vivientes, pero fue el aliento de Dios que hizo que el espíritu del hombre cobrara vida – Dios no hizo esto por ninguna criatura más. Así que todos fuimos creados con estas tres partes: espíritu, alma y cuerpo. ‘Ahora, que el Dios de paz os haga santos en todos los aspectos, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva.’ 1 Tesalonicenses 5:23 (NTV) Tu cuerpo físico es tu “casa” – la parte de ti que interactúa con el mundo físico a tu alrededor, y alberga tu alma y tu espíritu. Tu alma es la parte interior que responde al mundo exterior que te rodea, a través de tu mente, tu voluntad y tus emociones, las cuales te permiten pensar, escoger y sentir. Tu alma contiene tu personalidad. Pero debajo de todo esto, está tu espíritu, el cual únicamente cobra vida plena cuando rindes tu vida a Jesús. ‘Si Cristo vive en ti, aunque tu cuerpo [natural] esté muerto por el pecado, tu espíritu tiene vida por la justificación [que Él nos provee]’. Romanos 8:10 [AMP traducción al español] ‘El que no tiene el Espíritu no puede recibir dones que provengan del Espíritu de Dios. Estas personas no pueden entenderlos y los consideran tonterías, porque su valor únicamente puede ser juzgado en base a lo espiritual. Quien sí tiene el Espíritu, sin embargo, es capaz de juzgar el valor de todas las cosas.’ 1 Corintios 2:14-15 (GNT traducción al español) Tu espíritu es la fuerza más importante que vive dentro de ti. Igual que una radio puede sintonizar diferentes canales, tu espíritu es un receptor que te “sintoniza” al Espíritu de Dios. Es a través de tu espíritu que Dios se hace real en ti y puedes conectar con Él. Proverbios 20:27 dice: ‘El espíritu humano es la lámpara del Señor, pues escudriña lo más recóndito del ser.’ (NVI). Puedes escuchar la voz de Dios y conectar con Su Espíritu a través de tu espíritu humano. Cuando escoges vivir por él, tu alma y cuerpo se alinearán con el Espíritu de Dios y cumplirás Su propósito para tu vida.

En la historia de hoy, vemos que una multitud se había aglomerado durante todo el día para escuchar las enseñanzas de Jesús. En la noche, los discípulos le recomendaron a Jesús que empezara a despedir a la multitud, ya que no tenían comida para darle. Pero al escuchar esto, Jesús se negó, les dijo que se encargaran ellos mismos de darles de comer.

Un experto de la ley, cuando quiso poner a Jesús a prueba, le preguntó cuál era el mandamiento más importante. En la cultura judía de aquella época, existían más de seiscientos mandamientos a seguir. Pero el punto más importante de la respuesta de Jesús no fue convencer a aquellos que querían probarlo, sino traer una claridad eterna sobre nuestro principal llamado como sus seguidores. Del enfoque que se les daba a los cientos de mandamientos que existían, Jesús dijo que lo más importante era amar a Dios y amar a las personas.

¿Sabes que Dios te quiere bendecir? Nuestro pastor global, Brian Houston, dijo una vez que “Elegir una vida con Dios es elegir una vida bendecida”.

Muchos se han referido a las enseñanzas de Jesús como “el reino del revés”. En los pasajes bíblicos, podemos ver que Jesús, en numerosas ocasiones, enseñó que edificamos algo duradero y trascendente cuando hacemos lo opuesto a nuestro instinto natural. Esto me lleva a la siguiente pregunta: ¿Cómo vivimosuna vida empoderada y llena de propósito?

La Biblia nos cuenta sobre un soñador de 17 años de edad que tuvo un sueño descabellado. Y para él, ese fue solo el comienzo. Yo tenía grandes sueños a los 17 años de edad. Te apuesto a que tú también. Pero más importante que eso, ¿cuáles son tus sueños ahora?

“¡Señor, aquí estoy, úsame a mí!”  ¿Alguna vez has orado así? Recuerdo que cuando era más joven hice esa oración. En ese entonces, que el Señor me usara no implicaba hablar en público, sino limpiar los baños de la iglesia o arreglar las sillas. Entonces, la iglesia consiguió un minibús para traer y llevar a las abuelitas a las reuniones.

Si existe algo constante en la iglesia, es el cambio. Solemos animar a las personas a ser flexibles, porque sólo así podremos adaptarnos a lo nuevo de parte de Dios.

¿Qué es lo que viene a tu mente cuando hablamos sobre una casa construida con excelencia? Podemos pensar en las habitaciones adecuadas, muebles caros, extrema limpieza, habitada por una familia "perfecta", de publicidad. Tal vez algo que sólo vemos en películas o en Instagram.

Cuando me preguntan sobre una iglesia saludable, no puedo evitar hacer referencia a la palabra en Salmos 92:12-14. Si queremos florecer, Dios nos llama a estar plantados en su casa. Porque su casa no es un lugar que visitamos, sino un lugar al cual pertenecemos.

El factor generacional es interesante. Un minuto eres joven y vibrante, con el mundo por delante, y luego, al minuto siguiente, eres de alguna manera mayor, mirando a una nueva generación que es joven y vibrante con el mundo por delante. Cualquiera que tenga más de cuatro décadas bajo la manga, sabe exactamente de lo que estoy hablando.

Desde el momento en que somos salvos, nuestra vida deja de tratarse de nosotros y empieza a tratarse de los demás. Somos llamados a “amar a Dios y amar a las personas”; a darlo todo por su causa.

Podemos ver, en las palabras de Pablo, la gran expectativa que tenía acerca del crecimiento y desarrollo personal del joven líder Timoteo. Lo anima a ser independiente y responsable en el desarrollo de su potencial, hasta el punto en que la gente mire a Timoteo y sea constante en su progreso.

Todos somos creativos, es parte de nuestro ADN como hijos del Creador. Muchas veces asociamos esto con algunas expresiones en particular, pero la creatividad es un proceso que culmina en la solución de un problema. Con esto quiero decir que cualquier persona que sea capaz de resolver un problema es una persona creativa. La pregunta no es si eres creativo, sino qué estás creando.

La iglesia globalmente siempre ha sido conocida por la música que sale de ella. Canciones que se convierten en himnos que resuenan en nuestros corazones. Un sonido que hace eco en nuestro interior y se une con las voces de otros.

Vivimos en días de gracia, y las palabras que prevalecen sobre la invitación del evangelio de la iglesia hacia el mundo deberían ser “Ven tal como eres, eres bienvenido aquí”. Habiendo dicho eso, la gracia nunca nos dejará donde estamos, sino que siempre empezará el trabajo de transformarnos a su semejanza.

Cuando pensamos hoy en la palabra «pionero» podríamos pensar inmediatamente en Amelia Earhart, el capitán James Cook, Cristóbal Colón, Albert Einstein, Steve Jobs y muchos otros que han cambiado el rostro de la historia con su espíritu valiente y curioso. Sus vidas estuvieron dedicadas al descubrimiento y al progreso.

Este pasaje es especial porque marca un momento muy importante en el nacimiento de la iglesia. En el día de Pentecostés, todos los seguidores de Jesús estaban reunidos en el mismo lugar y, en ese momento, el Espíritu Santo fue derramado. Pedro entonces se levantó y empezó a predicar, y en un solo día, casi tres mil personas se convirtieron en seguidores de Jesús.